Medición de temperatura en autoclaves

Para lograr la esterilización del instrumental de trabajo antes de ser reutilizado, éste debe ser sometido a altas presiones de vapor saturado para lograr la inactivación bacterias, virus, hongos y esporas.

Típicamente, el ciclo de autoclavado consiste en someter al equipamiento a 121ºC por 15-20 minutos y a una presión de 100 kPa sobre la presión atmosférica o a 134ºC y 200 kPa por 3 minutos para lograr la esterilización, dentro de una cámara con cierre hermético.

Por la temperatura elevada y la presión también alta, el material que puede ser esterilizado por este método generalmente queda limitado a equipamiento de laboratorio de vidrio y de acero inoxidable principalmente.

Como el vapor logra la esterilidad del equipamiento a menor temperatura, el aire debe ser desplazado de la cámara donde se realiza el autoclavado. Existen diversas formas de lograr la evacuación del aire siendo la más simple la de desplazamiento por gravedad. Al llenarse la cámara de vapor por arriba, el aire es comprimido y desplazado hacia abajo, donde es purgado a través de una válvula. Otras formas de purgar el aire son mediante pulsado de vapor, bombas de vacío, bombas de vacío con ciclo superatmosférico y subatmosférico (la presión no excede a la presión atmosférica hasta el momento de la esterilización).

Las autoclaves son ampliamente utilizadas en microbiología, medicina general, cirugía, micología, odontología y fabricación de implantes entre muchas otras áreas. Otro de los usos de las autoclaves es el pre-tratamiento de residuos peligrosos antes de su disposición final.

La temperatura de autoclavado es difícil de controlar, en general, la misma es monitoreada y se trabaja controlando la presión y el tiempo de esterilización para asegurar la calidad del procedimiento.

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