Los alimentos perecederos reaccionan con sensibilidad a los cambios de temperatura. Mientras que la fruta y la verdura maduran rápidamente y apenas sobreviven al viaje al supermercado si se almacenan y transportan demasiado calientes, las bacterias pueden multiplicarse en la carne y los productos lácteos cuando están calientes. Éstas, a su vez, pueden provocar enfermedades graves.
Por tanto, la cadena de frío debe cerrarse sin fisuras en todas las etapas de la logística, pero esto sólo puede garantizarse mediante una supervisión continua. Esta supervisión revela puntos débiles que deben eliminarse inmediatamente. Por tanto, debe prestarse especial atención a las zonas en las que la temperatura ambiente puede fluctuar debido a influencias inalterables: Las ventanas y las puertas, así como los vehículos de transporte o los contenedores, deben ser absolutamente resistentes a la temperatura. Los instrumentos de medición de Testo garantizan el mantenimiento de la cadena de frío de los alimentos.
Para ello se dispone de los siguientes dispositivos:
Termómetro para controlar la temperatura
Higrómetro para controlar la humedad
Registrador de datos para almacenar y analizar los valores medidos
Registrador de transporte para logística
Casi todos los países deben adherirse al concepto HACCP, que representa un concepto de calidad vinculante a escala internacional diseñado para garantizar la seguridad de los alimentos, también en la logística. Estas directrices también se ocupan del almacenamiento y transporte de alimentos, así como de la temperatura que debe mantenerse, que no sólo es relevante para la seguridad, sino que también influye en la calidad de los productos. Los inspectores alimentarios son responsables de comprobar la cadena de frío y asegurarse de que se mantiene a lo largo de todo el proceso logístico. Deben comprobar repetidamente las temperaturas en el almacén y durante el transporte y documentar los datos. Esto proporciona pruebas de la cadena de frío y de su cumplimiento.
Se trata de una medida preventiva, ya que los alimentos que han sufrido una interrupción en la cadena de frío se estropean. La interrupción y sus efectos ya no pueden revertirse. Es importante que los puntos críticos de control sean especialmente reconocidos e inspeccionados. Por ello, toda empresa que trabaje con alimentos debe disponer de un sistema de autocontrol que examine con antelación los puntos logísticos críticos. Dentro del sistema de control, existen valores límite fijos que deben respetarse y supervisarse. Aquí es donde entran en juego los instrumentos de medición de Testo. Los termómetros e higrómetros garantizan una supervisión constante de la cadena de frío y pueden manejarse incluso de forma inalámbrica a través de un smartphone.
Algunos ejemplos de estos dispositivos de medición son
Durante el transporte, la carne, las verduras y la fruta se sacan de su lugar de almacenamiento anterior y se colocan en contenedores, cajas o redes. Se cargan en el transportador y corren el riesgo de que se interrumpa la cadena de frío. También es posible que la cadena de frío se rompa, y no sólo durante la carga. La unidad de refrigeración del vehículo de transporte puede fallar, lo que provocaría el deterioro de toda la entrega. Por lo tanto, es esencial que el conductor del transporte sea notificado de una avería tan pronto como sea evidente. Si aumentan las temperaturas en la zona de transporte, hay que actuar antes de que se superen los valores límite críticos. Los registradores de datos de temperatura hacen más seguro el transporte de alimentos y garantizan una cadena de frío ininterrumpida gracias a las contramedidas inmediatas en caso de avería o error.